MISIONES DE SEMANA SANTA DE LA JUVENTUD DE SCHOENSTATT
Como cada año, la Juventud de Schoenstatt se preparó para vivir la Misión de Semana Santa como hace 20 años se han estado realizando. Por segunda vez correspondía ir a la Huastesca Potosina, donde las comunidades nos robaron el corazón el año pasado… había mucha ilusión nuevamente, especialmente de los que ya habían tenido la experiencia el año pasado, pero también de los nuevos que han escuchado las buenas experiencias de los que ya han ido a misiones con Schoenstatt.
México, Luz de María es el nombre de la misión y, como dice nuestro himno, queremos ser luz para nuestro México, y dejar que México sea luz para nosotros también.
El recibimiento que las comunidades – muchas de ellas de las etnias Tének y Náhuatl – nos han brindado, nos han ayudado a crecer tanto en la fe cómo en la inserción cultural de México. Las Comunidades sin duda le dieron alma a nuestra misión, y el anhelo era seguir creciendo en esa profundidad de ser misionero.
Estaba todo preparado. Algunos estados ya habían tenido su retiro de preparación. Había expectación frente a la Misión que se nos acercaba a pasos agigantados… Coordinadores, Liturgos, Frates caminonetas, Asesores y Misioneros estaban listos… y Dios nos cambia el plan. Surge la desilusión frente a esta nueva situación. ¿Qué hacer? Estaba claro, pero costaba decirlo… no podíamos hacer las misiones. ¿Qué informamos?: se cancelan?, se suspende? se postergan? qué se debíamos decir?
Cuando los misioneros conocieron la decisión de nuestro Jefe Nacional – Ramón Zacarías Valle – y su Staff, surgió el desánimo… era evidente. Pero empezamos a ver, sin darnos cuenta al principio, que nuestra misión se transformó porque Dios lo fue forjando poco a poco, y que era posible vivir la misión de un modo diferente desde y en nuestras casas. Era todo un desafío.
Les adjunto un video que hizo un chavo de San Luis Potosí, que muestra muy bien la inspiración de nuestros misioneros para seguir viviendo una misión transformada.
La fecundidad de esta Semana Santa empezó a experimentarse a poco a poco a medida que pasaban los días santos. Con el correr de los días y de las actividades que se planearon brillantemente para vivirlas en “Frates” de modo virtual, se fue despertando vida en los misioneros y, para muchos de ellos, fue una gran sorpresa de Dios lo que vivieron y cómo esa misión transformada, transformó a los misioneros también.
Sólo queda darle gracias a la Mater y al Señor por vivir una gran misión, y por tener un gran y excelente grupo de dirigentes de la Misión.
Nuestro Lema es FUEGO DE LA MISIÓN, TESTIMONIO DE ESPERANZA, y creemos que más que nunca ellos han sido ese testimonio de esperanza para el mundo.