San Luis Potosí, México
Ana Echavarría Barrios
En las Misiones Familiares de Verano de este año, siete familias visitamos del 31 de Julio al 5 de Agosto, junto con hijos propios y adoptivos (en total 68 misioneros, incluidos dos jóvenes de la juventud masculina de EUA y Paraguay), la comunidad de San Francisco, en Villa de Arriaga.
Ésta cuenta con cerca de 400 familias. Es gente sencilla que trabaja el campo (la milpa como dicen ellos), otros en cambio han migrado a USA, así que en algunas casas solo encontramos a las abuelitas, esposas e hijos.
El P. Oswaldo, párroco de la zona, al invitarnos a misionar a su comunidad nos advertía que debíamos estar preparados para encontrarnos con poca respuesta. Sus palabras fueron: “tienen que venir a picar piedra con paciencia”
Pero nuestra Mater siempre nos sorprende y nos prepara el camino para que llevemos a su Hijo. La respuesta fue hermosa y contundente. En los talleres de adultos tuvimos más de 80 participantes, además de otros tantos jóvenes y niños jugando, trabajando, cantando y asistiendo a misa.
La comunidad nos abrió su corazón, sus casas y nos brindó su amistad. Dios se nos mostró en cada rostro que encontramos, en cada sonrisa o tristeza que nos compartieron.
Dios nos regaló, el día mientras rezábamos el Rosario viviente, un hermoso arcoíris como símbolo de su Alianza de Amor como un regalo para con todos los misioneros, que dispuestos a ser Iglesia en salida, se dejaron utilizar como instrumentos de amor de Él
Gracias a cada uno del equipo, a los jefes Polo y Bere, al P. Felipe Ríos Correa por su acompañamiento y cercanía.
Pero especialmente gracias Mater por guiarnos siempre a donde debemos de ir y escogernos como tus aliados.
¡Schoenstatt en salida siempre!